La guerra más antigua y
devastadora de la existencia ha encontrado el modo de continuar, de
extenderse por toda la creación. El Cielo y el Infierno ya no son los
únicos escenarios para este terrible conflicto.
Comenzó cuando el
planeta se estremeció. Todos los habitantes perdieron la facultad de
moverse, quedando resignados a contemplar impotentes cómo se desmoronaba
el mundo. Al fenómeno lo llamaron la Onda y produjo cambios más allá de
la comprensión humana.
Ahora tenemos que sobrevivir a las
consecuencias. Los ángeles y los demonios están entre nosotros, son
reales, y nos han impuesto su guerra. Una guerra en la que somos
insignificantes, una guerra que no creímos posible y que cambiará
nuestras vidas para siempre
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